Agus se detiene en el bosque, tiende el mantel, se acuesta sobre él y se hace su picnic sacando de su canasto su juguete rojo que, luego de lamerlo y chuponearlo bien llenándolo de saliva, se lo mete en su orto que correctamente había enmantecado.
Luego de pasar horas con ese y otros jueguitos de niña solitaria, se da una última serie de penetraciones anales hasta que, agotada y hambrienta, lo saca de su rojo ojete a su juguetito y, responsablemente, pasándole pancito para no desperdiciar la deliciosa manteca, y a lamidas luego, soñando despierta con que chupa una gruesa verga, lo deja limpito y brillante...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario