viernes, 29 de noviembre de 2013

La historia anal de Tania

La historia anal de Tania luego del episodio anal milagroso con dios

Tania despertó estando en clases de matemáticas, donde todo parece haber empezado hace ya mucho tiempo atrás, y sin embargo nadie estaba extrañado ni parecía haberla notado ausente y repentinamente allí. "Quizás todo fue un sueño" se dijo completamente incrédula de sí misma Tania, pero.. era evidente que había algo en su orto que decía que no; un latir de ojete que pedía pija cuanto antes, mientras miraba a su profesor, al bulto del profesor, de un modo que jamás antes había experimentado.
La clase continuó con una Tania evidentemente incómoda, que sin embargo se las había ingeniado para introducirse rítmicamente un dedo en en culo bien apretadito mientras escuchaba al profesor hablando de funciones, cubriéndose con su bolso para que las compañeritas no notaran la incómoda maniobra que estaba haciendo... y ella pensaba "Qué rico se siente adentro de mi ojete calentito y apretado... extraño la pija de dios ahí".
Sonó el timbre y se sacó el dedito del culo llevándoselo a la boca para chuparlo y saborearlo "si hasta puedo sentir el lejano sabor de su leche" pensó, mordiéndose el labio inferior.. Sus amiguitas la invitaron a salir afuera pero ella se excusó con una cosa que le faltaba hacer.
Quedaron Tania y el profesor solos en la sala, ella se quitó la bombachita de abajo de su falda y la dejó sobre la mesa de estudio. Se acercó a la puerta y la trabó, aquí recién extrañó al profesor que inquirió:
P - ¿Qué haces Tania? Destraba esa puerta ya
T - Tiene que romperme el orto o lo denuncio por abuso -dijo gravemente aunque también absurdamente.
P -¿¿¿Esto es un mal chiste??? ¡Compórtese señorita!
Mientras decía eso Tania junto dos mesas y se recostó levantando las piernas, enseñándole al profesor ese delicioso orto  y dedeándolo con dos dedos y con presteza y salivita recién sacada se su boquita, mientras que pedía con una vocecita de ternura infinita:
T - Culeéme ya profe...
El profesor estuvo estupefacto unos segundos más, pero de repente se puso de pie y bajó sus pantalones descubriendo una enorme pija ya tiesa que sin pausa se culeó a la nena en el aula. "Gracias profe, gracias profe" susurraba Tania, "Quiero que me llene el l ojete de leche" agregaba,  y al profesor más se le hinchaba la pija en ese dulce ojete de nena, calentito y apretadito.
De repente chorros de semen le llenaron el recto rosadito a Tania y ella disfrutó cada gota invadiéndola. El profesor no podía creer la cantidad de semen que le había inyectado a esa nena por la cola, sacó la verga del agujerito y se sentó agotado en una silla de otra alumna. Arrancó una hoja de un cuaderno y se higiénizo la pija como pudo.
Tania se cuclillas en el piso sin bombacha como estaba y poniendo su manito debajo de su orto, cagó trabajosamente toda la leche que el profe le había regalado, y así, mirando sonriente al profe comió el semen espeso y caliente que su manito había recogido, lamiendo sus deditos, porque sabía que debía ser limpita como dios le había enseñado.
Tania volvió a su lugar y sonriente se acomodó en su lugar mientras el profesor habiendose puesto un poco en condiciones iba al baño a refrescarse, o quizás a hacerse una paja adicional ante el disfrute que había tenido con la nena culeadora.
En la siguiente clase Tania no dejó de meterse ocultamente de vez en cuando l dedo en el orto intentando sacar algo más de semen. El profesor parecía ser el único que se daba cuenta y era evidente por el engrosamiento de su verga bajo el pantalón, engrosamiento de pija que a Tania la divertía y calentaba sin parangón, mientras al resto de sus compañeritos extrañaba y causaba oculta gracia.

Al terminar esa infinita clase para ellos dos -la niña con un hambre anal indescriptible, y él con un deseo de culeo prohibido enorme- quedáronse una vez más solos en el salón. Tania se apoyó junto al profesor, levantó su falda y abriendo levemente las piernas pidió dócilmente"rompame el orto peofe"....

sábado, 23 de noviembre de 2013

Las 1.003 esclavitas anales de dios

Estaban las 1.003 niñas cuidadosamente seleccionadas por dios, en su conveniente corral, inquietas y excitadas ante tan increíble suceso, se miraban entre ellas entre temerosas y confundidas: su supremo estaba frente a ellas, mirándolas y explorándolas cuidadósamente.
De pronto, por quién sabe que magia divina las niñas empezaron a tocarse sus tetas, a levantarse las faldas, o bajar sus pantalones y shorts, a desnudar sus culos blancos, tersos, virginales y firmes; a quitar o correr sus bombachas dejando ver sus rayas y sus estrellitas anales bien cerraditas. Los mil corazoncitos de nena latían con toda su fuerza, y sus conchas se humedecían mientras sus pezoncitos se endurecían al aumentar su deseo irreflenable de verga y desvirgado anal.
Dios presenciaba a sus hijas bien calientes, y su verga empezaba notoriamente a endurecerse, para aún más deleite de sus niñas que miraba fijamente al bulto divino. Sin dudarlo e instintivamente las pequeñas mujeres de 12, 13 o 14 años se lamieron sus dedos e introdujeron al menos uno de sus deditos en sus apretaditos anos rosaditos, aunque algunos amarroneandoncitos ya. Cayeron al piso, se pusieron en cuatro otras, o se acostaron el el suelo con las piernas bien levantadas; y todas ellas trabajaron sus ojetes con sus deditos ensalivados, alabando a su dios y a su verga ya tiesa y enorme frente a ellas.
Mil tres niñas de tetas grandes, o deliciosamente pequeñas y paraditas; de culos de los más diversos modos; todas nenas hermosas y blanquitas, gimiendo y pidiéndo pija con desesperación; un mar de puntos rosaditos en putitas bien blancas; rubias y morochas chorreando jugos vaginales, saliva y transpiración en el suelo. Instintiva y solidariamente empezaron a dedearse los ortos entre ellas, a lamerse hambrientas las apretaditas estrellitas anales, abrillantándolas, dilatándolas, lubricando e higienizando esos dulces esfínteres, festejando la dilatación que permitía introducir otro dedo o una lengua aún más profundo en los culitos.

Y dios miraba atentamente, con su pija ahora completamente erecta y dura, venosa, latiente y tiesa, pajeándola lentamente ante tan deliciosa espectáculo: las mil tres niñas en cuatro abriendo sus culos ante él, ya bastante bien lubricados y dilataditos.
Y es aquí donde dios causó el milagro del consuelo anal para todas, e hizo llover gruesas columnillas de un material misterioso, pijas plásticas, gruesas y venosas, duras y cárnicas, junto a las niñas, que no dudaron en succionarlas, lubricarlas convenientemente e introducirlas en sus hambrientos ortos, gimiendo y disfrutándolo como buenas y admirables putas. Lo sacaban de profundo en sus culos y los chupaban ellas mismas o su eventual compañerita.
El manjar anal.
Dios entonces bajó de su pedestal y se acercó a la masa de nenas dedeándose, lamiendo, succionando y demás; fue despejando el camino de putitas hambrientas de pija mientras se la pajeaba, haciéndolas desear aúin más, siempre parcimoniosamente en su marcha y su pajeo llegó a la última de las niñas que había quedado relegada al final del corral, que se pajeaba el anito, sóla y llorando porque se había doblado el tobillo.
Dios tomó el tobillo de la niña Mary y milagrosamente se lo curó; besó su tobillo, la puso en cuatro con su cola bien en pompa y beso y lamió bien profundo su orto rosadito, la puso de pie y le besó las tetas de la niña, y ahí le ordenó que se arrodillara frente a él. Dios observó la cara sonriente y excitada y de la niña y también sonrió; le dio suaves golpecitos de verga en su mejilla derecha, luego en la izquierda; limpió sus lágrimas con la pija y finalmente le introdujo violentamente la pija en la boca. Y así dios, una y otra vez se la introdujo, primero suave y lentamente, en toda la boca, hasta su garganta, pero luego gritándole "dios te ama, dios te ama", violentamente se la metió una y otra vez en su boquita y garganta con gran rapidez; y así se la cogió por la boca.
Los ojos de la niña se volvían a llenar de lágrimas, pero esta vez de emoción y atragantamiento. De pronto dios sacó la verga de la boquita de la niña llorando, y de la pija chorreaba saliva, vómito y flema de la nena que miraba exhausta y con su boquita abierta, como chorreando diversos jugos espesos la verga tiesa que tenía frente a ella, la esperaba toda para ella. Sin dudarlo se abalanzó a la pija de nuevo y empezó a chuparla desesperada, a lamerla y a introducírsela profundamente en su boquita tratando que le atraviese el cráneo si hiciera falta.
Y en ese momento ocurrió el milagro de la leche divina saliendo de los penes consolantes que sabiamente dios había otorgado al resto de las putitas que no dejaban de chuparlos, meterselos en sus ojetes y demás; y ellas biebieton todo el jugo de pija sin que se desperdicie una sola gota, ya sea recibiendo la carga láctea livina en sus boquitas, o succionando lo que puedan recuperar de ortos de prójimas, rebosantes de semen.
Y mientras, dios le quitaba la pija a la niña Mary de la boca, y ya la disponía rápidamente en cuatro para su deleite, toda abierta disfrutaba de ese ojete lamiendole profusamente el apretadito orto rosadito de la nena, dilatándola y lubricándola con su saliva divina mientras ella gemía y pedía verga como la mejor de la putas, deseando que su papá y mamá pudiesen ver lo buena hijita de dios estaba siendo, entregandole bien el culo al dios todopoderoso. Y entonces, mientras ella gozaba, dios se puso de pie y le enterró sin dudar toda la enorme pija en el culo de la nena, hasta el fondo, y ella pegó un alarido de dolor y placer nunca antes escuchado; y  dios se la culeó así una y otra vez mientras el resto de las niñas morían de envidia y deseo y se enterraban con mayor diligencia sus consoladores, dedos, lenguas o salchichas y chupetines que dios había sabido disponer para festejar esta nueva etapa de culeo divino y rotura anal sincera y grorificante. Era la fiesta de los ojetes rosaditos bien culeados y enlechados.
Y los milagrosas consoladores anales proveedores de leche descargaban leche una y otra vez y volvían a endurecerse para que el resto de las niñas inmediatamente se los volvieron a introducir o succionar.
Así fue como Ana en una muestra de amor por dios, y mientras este se culeaba duro a Mary, se metió dos consoladores en su orto simultáneamente, para que dios vea bien cuanto ella lo amaba.
Y dios sonrió, y Ana se los introdujo rítmicamente hasta que ambos desagotaron sendas cargas de semen en su ojete rebosante de leche que el resto de las niñas alrededor no dudaron en beber de ese rosadita vasija de leche anal.
Estuvo así dios culeando de diversos modos a Mary duramte un tiempo, hasta que decidió acabarle adentro, bien adentro de su ojete; y la carita de Mary sonreía con cada carga de leche que recibía su pancita, uno tras otro un chorro de leche calentita y divina le llenaban el orto.
Y es ahí cuando dios le sacó la pija de la cola y les enseñó al resto de las niñas lo abierto y roto que había dejado ese delicioso culo rosadito. Deleite divino.
Y aquí dios en su bondad infinita invitó a que las niñas se pongan de pie y hagan fila para beber su leche del ojete de la niña; no entendiendo del todo bien ellas obedecieron, y ansiosamente se dispusieron a lamer y besar de a una el orto de Mary, esperando ese bocado misterioso de crema divina. Y así sucedió.. una tras otra bebieron sendos chorros seminales y las tragaron felices y extaciadas desde el ano roto y rebosante de Mary.


Y Mary sonriente y feliz cagó litros de leche en las boquitas de sus 2.002 amiguitas, y a dios se le volvió a endurecer la verga y así se las culeó a todas y les llenó también el orto de semen.
Bondad infinita.  
Al cabo de 12 noches de culeo y cogida bucal sin pausa, dios les dió descanso a sus exahustas y rotas niñas, y les beso sus frentes a todas y cada una de ellas; e hizo que lloviera pan desde el cielo, y en la mano de cada una de ellas había un pan para que ellas se alimenten, pero dios dio una indicación certeza: vaís a comer de este pan, pero antes lo pasaran por el piso para recoger los litros de leche, juguitos vaginales y demás que yacen en el suelo, que no quede ni una gotita putitas hermosas, coman y traguen todo. Y ellas obedecieron y diligentemente limpiaron cada palmo del piso con ayuda de sus deliciosos pancitos. Y lo comieron y se alimentaron y recuperaron energías así. En esa oportunidad pudo dios percibir el gesto de Letizia, que tomando el pancito que dios le había provisto, lo apretó para que quede lo más rígido posible humedeciéndolo con la leche que tenía en sus tetas y en su boquita con baba, y así demostrando su habilidad admirable formó una pija de pan y se la introdujo en el orto mientras sus compañeritas miraban admiradas como ella disfrutaba con el pancito enlechado en el culo, y lo metió y sacó unas seis veces hasta que lo sacó saborizado con su delicioso ojete y lo comió golosa con gran rapidez. Y dios se conmovió ante ese gesto de total entrega de Letizia, y tomándola con fuerza de sus muslos le disfrutó el culo recién bien roto por él, y esa conchita lampiña y virginal —como toda niña de dios debe tener— con su lengua mientras ella cabeza abajo como estaba, con la pija de dios frente a su carita, rellenaba su boca de pija divina del modo más bondadoso, chupando diligencial, desesperada y dedicadamente, hasta que Él acabó en la boquita de Leti, ahogándola de litros de leche que la verga rellenándole la boca eyaculaba; atragantándola de tiesa carne y semen en una eyaculación increíble que hacía que de la boquita y nariz de Lety caiga una cascada de leche que sus amiguitas no dudaban en rescatar, y tragar, admiradas.

Enseñanzas de dios, hasta la última gota.
Y es así que las 1.003 preadolescentes en el corral terminaron tiradas en suelo enlechado, con sus caritas, tetas y ortos brillantes de semen seco y saliva mezclada de mil niñas, durmiendo plácidamente una sobre la otra, desnudas o cubiertas por rotas bombachas o vestiditos levantados y destruídos. Y dios las miraba y pensaba en ellas con gran amor y bondad. Se le ocurrió entonces multilocarse y generar el último de los milágros fantásticos que él haría: pusose, dividido en iguales hombres que hacían la tarea, a pajearse frente a las caritas de las niñas dormidas y así les acabó grandes cargas de semen que las despertó a todas al mismo tiempo con una sonrisa que continuaron, algo confundidas, con ágiles tragos de la leche que les recorría el rostro. Algo extrañó a dios mientras las nenas tragaban agradecidas el semen de su dios: Luana seguía dormida a pesar de tener sendos chorros de semen sobre la carita, chorreando hacia el suelo, y dios pensó sonriente cómo le daría una lección, y así pusieronse de a turnos de aproximadamente catorce hombres en los que se había dividido dios, a acabarle simultáneamente en la carita de Lu que de ese modo despertó con una lluvia de esperma calentito, y ella no pudiendo creerlo trató de captar cada gota de leche divina que le llovía mientras sonreía sin parar, ahogándose de vez en cuando. Y sendos turnos de lluvia de semen le dieron una clara lección a Lu que terminó bañada en leche y con la pancita llena de ese delicioso manjar lácteo de dios. Y el resto de las niñas la lamieron a ella y a su alrededor para higienizarla y beberle su premio: solidaridad en niñas putoncitas de dios. Y Lu se fue a cagar los litros y litros de leche que había bebido y lo hizo como una perrita en el arenero que dios había determinado para ese fin. Y todas las niás vieron como cagaba esa leche y se conmovieron tambíén: "dios es nuestro alimento", pensaron. Comunión del semen.
Dios miraba a las nenas desnudas con sus ojetes dedeados por ellas mismas o alguna amiguita que no resistía a dedearlo o quizás lamerlo y puertearlo con su lengua golosa, y sentía tal orgullo de sus nenas putas, las hubiera esclavizado hasta el fin de los tiempos, pero no: era tiempo de liberarlas en la tierra y que sus ortos den a los humanos la valiosa lección anal que habían aprendido con él.

La despedida fue prolongada, de a una se fueron presentando ante él que cariñosamente las esperaba con una sonrisa y su pija tiesa y deseosa de sus labios y ojetes. Y ellas se arrodillaban y chupaban con ahínco hasta que dios las dormía y las enviaba hasta la realidad inferior, a veces entregaban al instante su orto a su dios para llenar por vez última su recto de verga divina y disfrutarlo... todas se iban sonrientes, sea con la pija en la cola, sea con la pija cogiéndole la garganta.
Ocurrió el capítulo de Nicole que mientras le hacía una maestril paja turca con sus maravillosas tetas de rubia, le dijo a dios: "cogeme la conchita dios, quiero que me rompas todo y me llenes de leche la concha apretaditaaa"..
Dios le sacó la pija de las tetas, le escupió con violencia la cara y le gritó sabiamente: "la concha te la va a coger tu marido el día en que te cases, estúpida. ¿Por qué no entendés? ¿SOS TONTA?"
Y dijo Nicole avergonzada: "PErdón dios, sólo decía, golpeáme hasta que entienda de nuevo la verdad y tu enseñanza anal tan deliciosa, por favor"...
Y dios la miró ofuscado y con su pija le dió una bofeteada violenta en su carita de nena triste... la nena lloró y se sonrojó, dios la volvió a poner en la posición original y volvió a darle otra dura bofetada de verga diciendo estas sabías palabras "te he golpeado para que aprendas que lo que tu tienes para dar mientras eres nena de dios es tu ojete que es el más delicioso de los que traje a este cielo, así que ve por el mundo y entrega sabiamente tu culo mi nena..."
Y ella sonrió y durmió así...

La última de las niñas  llegó ante dios llorando —no se quería ir de ese paraíso anal— y con un consolador incrustado en su orto le mamó de la forma más dedesperada y dulce la verga de dios mientras lloraba.. y así se durmió la nenita mientras dios le acariciaba la cabecita y le metía la pija profundo en la boquita....
LAs nenas iban a llegar a la tierra cambiabas e iban a hacer y dejar miles de nuevas enseñanzas para la humanidad.. algunas de ellas están recogidas en los siguientes tratados:




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